Es triste. Muy triste ver a colombianos insultar a otros colombianos, así sea por medios virtuales, exaltando la condición más baja del ser humano, buscando enaltecer el ego y “defender”, cada quién, a un candidato y/o partido político que, a la hora de la verdad, después de las 4:00 p.m. del 20 de junio se olvidará de ellos.
¿Por qué lo hacen? ¿Cuál es el fin de insultar a cualquiera que opine – ya sea bien o mal – de un candidato presidencial? Si creen que con ello ayudan a su candidato, lo único que demuestran con ello es que sus seguidores son una partida de atarvanes y generan una seria dura sobre el candidato mismo.
Insultar es violencia. Humillar es violencia. Ofender es violencia. Gritar es violencia.
Si usted recurre a alguna de las acciones anteriores para defender su punto de vista, quiere decir que no tiene punto de vista en absoluto, es inseguro e infantil. Una persona segura de sí misma no recurre a ofensas e insultos. Si sabe de lo que habla, no tiene porque gritar para infundir miedo y obligar a callar a la fuerza a su contrincante. Cuando grita, lo único que demuestra es que no tiene la capacidad ni la sesera para defender su postura.
El 20 de junio, a las 4:00 de la tarde, se cerrarán las urnas. Colombia tendrá un nuevo presidente. Pero los ánimos no se calmarán, ya que las ofensas e insultos – la violencia – habrá sembrado más violencia para el futuro. ¿De verdad tú, colombiano, quieres ese futuro para tu país? Con tu forma de actuar en los periódicos y los foros, lo único que haces es demostrar que Colombia no tiene cultura. Que se ha convertido – esta vez en serio – en un país tercermundista y sus habitantes no saben compartir ni respetar.
Te ruego, colombiano: Detén la violencia, si de verdad quieres que tu familia, tus amigos y tu nación, Colombia, tenga paz.
El fin de la violencia está en tus manos…
Junio 11 de 2010