La Feria del Libro de Bogotá se ha empañado (o tal vez enriquecido) con la controversial visita de Germán Garmendia. La polémica estalló cuando los organizadores se dieron cuenta de que las boletas para ese día se vendieron en su totalidad (cosa que debería alegrar), pero el problema fue que los visitantes sólo tenían en mente una selfie con Garmendia y su autógrafo en la solapa del libro. La consecuencia: los demás stands se vieron casi que en abandono. Sobra decir que fue un éxito total para Garmendia y su libro…
Muchos han alegado que la presencia del “youtuber” no era la indicada en una Feria del Libro. Pero para mí esos son pataleos de ahogado. El señor venía a vender su libro. Que aprovechó su fama y utilizó como herramienta de publicidad su canal de Youtube, con acceso directo a sus 27.000.000 de suscriptores, se llama “estrategia de venta” y debería dejar una valiosa lección tanto a los organizadores de la Feria del Libro de Bogotá (así como otras ferias en las que estará presente Garmendia) como a los publicistas, editoriales y escritores. El mundo de la literatura ha cambiado y, al parecer, solo el equipo de Garmendia se dio cuenta del suceso.
Los más tradicionales pretenden minimizar el hecho, culpando a la juventud moderna, principal comprador del libro y seguidor del canal de Youtube de Garmendia. Lo que callan estas ilustres mentes de la actualidad es que son directos responsables de que ello ocurriera. A menos que esta juventud haya crecido como mala yerba, pero esto equivale a aceptar que nosotros hemos abandonado en su crecimiento a esta generación. Y nos queremos demasiado para aceptar esta simple verdad, ¿cierto?
Pero el fin de la Feria es vender un producto. Es hacer dinero. Y el equipo de Garmendia aprovechó la oportunidad de una manera más que sorprendente. El youtuber se pasó nueve horas firmando libros… ¡Nueve horas! No quiero ni imaginar cómo le quedó la mano al pobre…
El público, en lugar de elegir los textos viejos de los dinosaurios de siempre que las editoriales de siempre les presentan en envoltorios nuevos, eligió una opción más acorde a la vida actual. Eligió algo nuevo sobre lo tradicional. Eligió una selfie con Germán y “Chupa el Perro”. Eligió a su ídolo por decisión propia y no por imposición de un medio de comunicación tradicional… Eligió a alguien que forma parta de su vida diaria, con quien se identifica… Quien, a fin de cuentas, representa la realidad. Esa realidad a solas con el Internet a la que millones de jóvenes se enfrentan día a día… Su realidad…
Dejando a un lado el papel del abogado del diablo, este suceso es un campanazo de alerta para los medios tradicionales. El monopolio de la comunicación y los medios audiovisuales claudicó hace rato, por lo menos para la juventud… Pocos mayores nos hemos dado cuenta de ello. La mayoría sigue a los medios de siempre, compra los libros de siempre, siempre y cuando sean recomendados por la editorial de siempre. Leen el periódico de siempre y escuchan la emisora de siempre. Y se sorprenden cuando, supuestamente de la noche a la mañana, ese “siempre” se ve reemplazado por algo nuevo. Y eso nuevo no es ni bueno, ni malo. Es simplemente nuevo.
Los primeros en sufrirlo fueron los productores de música. Y un “Garmendia” en el mundo de la música hizo llorar lágrimas de sangre a más de una productora: PSY con su “Gangam Style”. ¿Quién esperaba unas 2.500.000.000 reproducciones (ventas) de una canción que nadie entiende?
El mundo ha cambiado. Hay que aceptarlo y elegir si seguimos con él o desaparecemos en él. Sin entrar a polemizar si la juventud es buena o no, es la juventud que NOSOTROS creamos. Y esa juventud nos sigue los pasos, creando sus propias reglas, rompiendo moldes y creando nuevos estereotipos. Esa juventud sigue a HolaSoyGermán, entre millones de otros jóvenes que son iguales a ellos y ven al mundo a través de los mismos prismas que ellos. Que estos sean algo bueno o no, lo dirá la historia.
Abril 25 de 2016