El tiempo me ha esquivado,
Y Dios y el diablo, también.
Como si ya fuese dictado,
Lo que me espera como ser.
Ya el futuro está escrito,
Mi suerte ya está echada.
Mi vida es de otro hado,
Ya no hay nada, desdichada.
Mi alma sola, en agonía,
Se retuerce en mi interior.
Pero sus gritos no se oyen,
En una vida sin amor.
Ya las palabras no importan,
El mundo a mí me es esquivo.
Yo estoy solo, moribundo,
Sin amar de lo que vivo.
Silenciado mi interior,
Es como una bala al vacío.
Que ha alcanzado el corazón,
Y destrozado lo divino.
La perdición del ser humano,
Es el vacío interior.
Que fue creado por nosotros,
Por una vida sin amor.
Por falsos y superficiales,
Por desear lo que no hay,
Por ser el alma desdichada,
Y sin las alas desplegar.
Perdido detrás de un muro,
Que tú mismo te forjaste,
Preso estás, y tu futuro,
Ya no está a tu alcance.
Prisionero del deseo,
Del amor y de la fe,
De esperanza ignorada,
De lo que tu vida fue.
Y ahora nada puedes más hacer,
No hay salida de este cubo,
Tan solo espera el amanecer,
A ver qué te trae el futuro.
¡Oh, qué designio infame!
Cuando de ti ya no depende,
Cuando el control lo tienen otros,
Y en contra tuya la emprenden.
Viernes, Enero 10 de 2014