¿Para qué quiero escribir?
¿Por qué insisto tercamente?
Si no hay motivo, inspiración,
Vacía está mi mente.
Vacío está mi corazón,
Vacía está mi alma.
Se ha traicionado el honor,
Nos entregaron tras la calma.
Nos han vendido y hundido,
Nos han utilizado.
Y nuestra fuerza exterior,
En mal se ha transformado.
Me siento inútil y vacío,
Como un trapo viejo.
Mi corazón ayer murió,
Con él, entero muero.
Ya no hay bien, ya no hay mal,
Tan sólo hay vacío.
Que con odio quieren rellenar,
Si un rumbo no consigo.
¡Oh hiel, que amargas la vida!
Desaparece de mi mente.
Abandona el cuerpo y el corazón,
Aléjate eternamente.
No puedo yo culpar a aquel,
Que nos ha traicionado.
Su vida ha de ser de hiel,
Y a ello le ha empujado.
Yo te perdono: oídme bien.
Y el bien yo te deseo.
No puedo ser igual de cruel,
Y entregarme al desespero.
Yo te perdono. Simple y llano.
Sin condiciones y sin trucos.
Mi corazón no alberga mal,
Ni en mi mente hay trabucos.
También te pido a ti perdón,
Si mal te he causado.
Seguro algo ha de haber,
Si al mal te he empujado.
Sábado 28 de febrero de 2015