Bendito aquel que en Dios cree,
Bendito también el que lo ignora,
Bendito el que descubriéndolo esté
Y bendito el que sin conocerlo no lo traicione.
Bendito el que al prójimo adora,
Bendito el que la mano le da,
Bendito el que lo hace sin zozobra,
Bendito el que le ayuda sin pensar.
Aquel que no espera recompensa,
Bendito por la eternidad está,
Y aquel que lo hace con conciencia,
Mil veces más bendito está.
Bendito el que el bien quiere,
Bendito el que el trabajo hace bien,
Bendito el que la maldad rechaza,
Bendito el que muere por el bien.