El cuerpo bello de una musa
Sentado indemne frente a mí.
La inspiración que a mí me impulsa,
Nuevamente escribir.
Es de una belleza inexplicable
E imposible de narrar.
Hay que sentirla en su constante,
Sin intentarla abarcar.
¡Oh qué belleza, qué belleza!
Y las palabras se estancan.
No existe frase que alcance.
Las emociones se desbancan.
¡La musa! Musa de mi alma.
Una mirada tuya basta,
Para encender mis sentimientos,
Poner el mundo a tu alcance.
Mi protectora y amiga,
Querida más allá del todo,
Pendiente de cada momento,
Sin dejarme en abandono.
A ti te alabo, musa mía,
Te expreso cómo a ti te amo,
Idealizando tu mirada,
Cuando yo a ti te llamo.
Cuando me miras en respuesta,
El corazón arde en el pecho,
El pobre quisiera salir,
Olvidar que fue maltrecho.
¡Oh, musa! Musa de mi alma,
Quisiera que por una vez,
Que a través de tu mirada,
Por fin a mí me puedas ver.
Miércoles, 22 de julio de 2015