Un nuevo poema.
Una nueva vida.
Una nueva forma de ser.
Cohesionado en la vida,
Viviendo la muerte,
Sin nunca en su vida,
Su vida hacer.
Viviendo profundo.
Viviendo sincero.
Sufriendo la causa de su querer.
La vida no para.
Este río sigue.
La musa no vuelve.
Y no basta el ser.
El mundo no para.
Sigue girando.
La vida tampoco lo quiere hacer.
Y el pobre que lucha,
En el día a día,
Busca su amor,
Y no logra querer.
No veo salida a los sentimientos.
No veo la magia de la magia del ser.
Tan solo el hombre se está desangrando,
En busca de aquella que lo haga un ser.
¡Oh, pobre poeta!
¡Oh, pobre diablo!
No importa a nadie tu corazón.
Las letras desangran,
Tu alma en texto.
Tu alma es un grito,
Pero no encuentra amor.
No importa el camino.
No importa el destino.
No importa a dónde te envíe tu dios.
Tú alma sigue,
Estando perdida,
Sigue en el limbo,
Buscando el amor.
¡Oh, pobre poeta!
¡Oh, pobre diablo!
No importa a nadie tu corazón.
Tu alma se encuentra,
Encadenada.
Sellada sin fuerza,
En tú creación.
La musa está a tu alcance, poeta.
Extiende tu mano, comienza a sentir.
Déjate ir del deseo y el coro,
De voces que hoy te invitan vivir.
¡Oh, pobre poeta!
¡Oh, pobre diablo!
Abre tus ojos y mirá alrededor.
La vida misma a ti te rodea.
Tu musa te clama,
Reclama tu amor.
Tu musa te implora.
Y te necesita.
Deja a un lado tu indecisión.
¡Oh, pobre poeta!
¡Oh, pobre diablo!
Olvida tu miedo.
Vive tu amor.
Martes, 01 de marzo de 2016