Sin pensar por un segundo en las posibles consecuencias,
El mundo entró en cuarentena por guardar las apariencias.
Todo el mundo encerrado, sin asomo de conciencia,
Socavando libertades y violando la inocencia.
Con el miedo desbordando por las redes y pantallas,
Nos sumieron en tinieblas sobreviviendo con vituallas
Que alcanzamos a comprar al comenzar la cuarentena,
Para el resto no hay plata, ni comida en la alacena.
Ya tres meses encerrados por nuestra propia garantía,
Y el principio de libertad ya ha perdido su valía.
Y el derecho al trabajo y el derecho a la vida,
Y el derecho a reír y no ir a la deriva.
Nuestra vida ha cambiado, ya de eso no hay duda.
Pero sí hay desconcierto que nos huele a basura,
De gobiernos que mostraron que no estaban preparados,
Y por esa omisión a muchos tienen condenados.
Por las leyes que han creado mitigando el impacto,
Han causado un desastre que me tiene estupefacto:
¡Yo no sé cómo carajos salvaremos nuestras vidas
Si destruyendo la economía nos han dejado en la ruina!
No podemos depender de la inversión del extranjero,
Ya que nada llega gratis, si para ello no hay afuero.
Y de nuevo a pedir prestada plata al banquero,
Y empeñar hasta el alma para salvarnos del brasero.
Yo no creo que sea justo que nos dejen sin soporte
Los impuestos a las arcas han llegado sin acorte.
Yo no sé por cuanto tiempo aguantará esto la gente.
No es posible llenar el saco sin que este se reviente.
¡Ya no más! ¡No más ladrones! ¡No más promesas sin futuro!
Menos ahora, cuando el mundo ya no es lugar seguro.
Y lo único seguro es que aquellos que nos mandan,
Olvidaron sus deberes o no son dignos de su cargo.
Pues sus sentencias no tienen ni sentido ni coherencia
Dejaron el mundo a la deriva, sin ninguna asistencia.
Por eso insisto en que ahora es el momento de cambiar
De lo contrario el mundo, ahora sí va acabar.
Nos prometen, nos prometen y emiten más decretos
Que en nada colaboran, tan solo nos dejan maniquietos
No nos dejan ni movernos, con tantas leyes sobre leyes,
Ya nos tienen encerrados como si fuésemos sus bueyes.
Como si fuésemos esclavos de un sistema destruido,
Y al que, la cuarentena, ha mostrado desvestido.
Ahora sí, ¡abrid los ojos! El sistema está cayendo.
Es la hora de cambiar y buscar nuevo sustento.
Es la hora de mirar y planear nuevo futuro,
Y un sistema que nos sirva y que nos quite este yugo.
Es la hora de cambiar este sistema enmohecido
Es la hora de formar un nuevo mundo renacido.
Miércoles, Junio 3 de 2020