Tal vez la pluma ya no es el filo como antes.
Tal vez ahora es bien roma y sin más talantes.
Tal vez la voz se ha quedado ronca en la garganta,
En un sentido sin salir y estancó el alma.
Tal vez ahora el corazón no siente como antes.
Tal vez ahora la razón funciona por instantes.
Tal vez ahora el sentido murió en el intento
Al comprender de una vez cómo a mí miento.
Tal vez la fría realidad que ahora me acorrala,
Reflejo es de la maldad que de otros emana.
Tal vez mis ojos, muy cansados, no ven ya con presteza,
Y sin querer no vieron cuando robaron mi entereza.
Tal vez perdí por un instante el sentido de la vida,
Y ciego estuve por un tiempo, yendo a la deriva.
Y ciego estaba y confiado en la mano que sentía.
Entregué mi corazón y arriesgué toda mi vida.
Tal vez, por una vez, quise confiar en el destino.
Abrir las puertas al amor; sentirme un ser vivo.
Y el despertar fue doloroso: a golpes y arañazos.
Y vi de nuevo la verdad y que fui un pelmazo.
Y vi que esa oportunidad que ante mí estaba,
Era falacia, nada más, que me vació el alma.
Y el dolor que en el pecho siguió al descubrimiento,
Jamás lo he de olvidar, o muero en el intento.
Jamás yo he de reabrir las puertas de mi alma,
Pues fácil fue a ella herir, estando todo en calma.
Y la herida que sentí, fue nunca esperanza.
Por eso fue que dolió más y destrozo mi alma.
Mató de a poco el sentimiento que de ella emanaba.
Y regresó la realidad y el frío que no acaba.
Tal vez ahora la lección ha sido aprendida.
Tal vez, después, un nuevo amor, sane la herida.
Pero ahora el sentimiento es solo desconfianza,
Espero que, más adelante, renazca la esperanza.
Cansado estoy, cansado voy, sin paz ni alegría.
Recojo por el piso hoy pedazos de mi vida.
Jueves, marzo 18 de 2021