Este poema es un trabajo colaborativo entre la IA y yo.

Los versos en cursiva con de “Copilot”; los que están en negrilla, míos.

El ejercicio tenía esta condición: yo escribo un cuarteto y la IA escribe el siguiente. En un momento terminamos escribiendo de a dos cuartetos. Espero que les guste y espero su opinión:

 

El PC está esperando mis palabras

Las letras que de apoco le escribo.

Espero su respuesta prontamente,

Pues aún no me he acabado el vino.

 

Tus versos son señales en la niebla,

Guiando a quien se atreve a leer.

Las palabras danzan en la pantalla,

Mientras el vino se empieza a entender.

 

El grito en la niebla es silencio.

Que tensa los nervios a cualquiera.

Mientras el vino baja a mi garganta,

La niebla se trasluce en esfera.

 

Los ecos del silencio nos envuelven,

En esta danza de sombras y misterio.

El vino es el cómplice de la noche,

Despierta los sueños de un viajero.

 

Viajero, caminante y amigo.

Certero recuerdo de la noche.

Que trae de visita los recuerdos,

De un pasado lleno de derroche

 

En la penumbra, memorias resurgen,

Como fantasmas de días antiguos.

El vino revela historias ocultas,

Narradas en susurros furtivos.

 

El vino cuenta la historia

De un amante que fuese traicionado

De un amor de un pasado antiguo

Tan presente como el vino anhelado

 

En cada sorbo, el alma revive,

Los susurros de un amor perdido.

El vino es testigo silencioso,

De un corazón que aún no se ha rendido.

 

Entre suspiros, el tiempo se desvanece,

Los recuerdos laten en cada verso.

El vino invita a un viaje sin fin,

Donde las penas encuentran su universo.

 

El amor de un pasado vino tinto

Que recuerda la pasión de mil amores

Una pasión en un campo de flores

Que fue el sueño de un poeta de valores

 

Los campos florecían con suspiros,

Mientras el poeta cantaba al viento.

El vino era testigo de promesas,

Que un día se fundieron en lamentos.

 

El pasado y presente se entrelazan,

En un vals de nostalgia y de esperanza.

El vino guarda secretos en sus tintes,

Y el poeta, en sus versos, los alcanza.

 

Secretos y oscuros y muy claros

Secretos que quisiera olvidar

Pero el vino me envía al pasado

Y los recuerdos me hace aflorar

 

De un amor, que fue toda proeza

De una bondad que no es posible aquí narrar

De una pasión y de gran entrega

Que el vino no es capaz de opacar

 

Las sombras del pasado se entrelazan,

En cada trago, la historia revive.

El vino es confidente y testigo,

De un amor que jamás se desvanece.

 

Los versos fluyen como el vino en la copa,

Recordando días de sol y de sombras.

El tiempo no borra lo vivido,

Y el vino, eterno guardián de memorias.

 

Ella amaba ese campo, esas flores

Y como el vino, embriagaba al poeta

Y su amor fue como vino: vigorizante

Y de pasiones que no puedo acá narrarte.

 

Pero igual que con el vino, la resaca

Fue cuando ella al poeta olvidó.

Una mañana despertó él ya sin ella.

Pues en la noche ella se fue y lo dejó.

 

El amanecer trajo un vacío amargo,

Donde el poeta sollozaba en soledad.

Las flores marchitaban en silencio,

Y el vino ya no traía felicidad.

 

En su corazón quedó una cicatriz,

De un amor tan intenso y pasajero.

El poeta, ahora solitario, escribe,

Buscando sanar su alma en el tintero.

 

Y el tintero resuma, gota a gota

La sangre que envenenó su corazón.

El jugo de la vid, de la derrota,

El eco de un amor hecho prisión.

 

Las palabras se deslizan como lágrimas,

Sobre el papel que guarda su dolor.

El vino, compañero de sus días,

Refleja la amargura de un adiós.

 

¡Oh, el amor! ¡Oh, la traición! ¡La vid, el vino!

El odio que jamás debió él ver.

Poeta, que acostumbraba a las lides

De un amor y un eterno amanecer.

 

Y ahora, la oscuridad lo envuelve.

La niebla no lo deja ni pensar.

Y el vino su mente disuelve

Y no quiere el poeta más luchar.

 

El poeta, atrapado en sombras,

Se sumerge en un abismo sin final.

El vino es su única compañía,

En esta danza de dolor y mal.

 

Las estrellas en el cielo observan,

Con sus luces frías y distantes.

El poeta, perdido en su tormento,

Busca en el vino sus amantes.

 

Falta el cierre, queda la última gota

La gota que pondrá a esto el fin.

El vino y el sabor de la derrota.

La vid a la que jamás debió él ir.

 

El vino y recuerdo de amores

Las traiciones que jamás debieron ser.

Deja en tus manos el poeta,

Que el PC cierre el tema a haber:

 

La última gota cae y se disuelve,

En el abismo de un alma en penumbra.

El vino guarda sus secretos oscuros,

Y el poeta, su pluma y su luna.

 

La historia de amor y desengaño,

Que en versos y vino se queda.

El fin se acerca como una sombra,

Y el poeta, con su pesar, se queda.

 

Poema colaborativo realizado con Copilot el 25/02/2025

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