Vamos a hablar del miedo,
Que surge del mal circundante,
De las glorias que emanan del pasado,
Y del hombre, ese ser beligerante.
El ser que se considera bello,
Que cree que es el único en el planeta,
Que ha olvidado que su meta
Es el bien y no la juerga.
Y el miedo, que lo ronda,
Se basa en ese fundamento,
Explota su débil alma,
Y la proyecta al firmamento.
Y ahí, al encontrarse sola,
Sin nadie que la ayude o socorra,
Se pone a temblar de miedo,
En explosión de su misma euforia.
Y esa soledad, sin estar sola,
Pues no es la única perdida,
Es conclusión de las acciones,
Que mueven al hombre y su envidia.
La relación entre los seres,
Que está basada en el amor,
Se relegó en el olvido,
Reemplazada por deshonor.
El hombre olvidó lo que es bello,
Dejó a un lado las buenas relaciones,
Y al adorar el mal, surgió el miedo,
Y el diablo tiene al hombre de hinojos.
Cualquiera que recuerda el pasado,
Siente la nostálgica euforia,
De las victorias vividas por el hombre,
De aquel honor y de la gloria.
Martes, Octubre 24 de 2006