Me han cortado el sentimiento,
Las palabras ya no afluyen.
Me hundo perezoso en la penumbra,
Y siento que el sentido huye.
La vida se esfumó en vida,
Las palabras han dejado de importarme,
Al reconocer aquello que quería,
Como algo que es inalcanzable.
¿Cómo disfrutar la vida,
Cuando ésta ha perdido el sentido?
¿Cómo albergar la esperanza,
Si con negación me han respondido?
¿Cómo tener fe en algo,
Cuando el diablo me susurra al oído?
¿Cómo cultivar el alma,
Cuando la vida no tiene sentido?
Ya ni siquiera el dolor expreso,
Tan sólo el fondo de un pantano,
En el que estoy encerrado hace tiempo,
Rogando por que sea salvado.
Pero no obtuve respuesta yo de nadie.
Ninguno acudió a mi llamado.
Y aquí estoy, en medio de un pantano,
Sin fuerzas y abandonado.
De nada sirve suplicar al diablo,
Y de nada sirve suplicar a Dios.
Yo soy un hombre, y como nos es dado,
Tan sólo somos parte de la Creación.
No hay sentido en tener sentido,
Ya que el sentido sólo lo sabe Dios.
Pero entonces, todo mi recorrido,
Es en vano ya que yo ya no soy yo.
Lunes, 4 de diciembre de 2006