Un amigo he perdido,
Un amigo de verdad,
Era un genio insuperable,
Con su sátira me hacía pensar.
Puedo decir que influyó en mi pensamiento.
Aunque nunca la palabra me dirigió.
Y nunca lo conocí en vida,
Tan sólo su obra a todos nos heredó.
En medio de sátiras y chistes,
La verdad nos dio a conocer,
Y a aquellos que la negaban,
Con la mano se las hizo comer.
No importa quién lo haya asesinado,
No importa quién del gatillo tiró,
Importa aquel que pagó los billetes,
Aquel que la orden de matarlo dio.
Más sé que es inalcanzable.
Y por más que muchos quieran llegar,
El se limita a mirarnos y a reir con sorna.
El muy seguro está.
Pero aquel que fue abatido,
Que fue muerto por la verdad,
Nunca esta tierra abandona,
En nuestros corazones por siempre está.
Y no sólo él,
Ya son muchos,
Son muchos que su hora esperando están.
Y cuando suene la campana,
Pobres aquellos,
Aquellos que los billetes dan.
Esto no es una amenaza,
Ni siquiera una revelación,
Es un homenaje a los puros,
Un homenaje a Jaime Garzón.