¿Para qué encendí el televisor?
Si las noticias en él son una mierda.
Si la mentira desborda la pantalla.
Y corren ríos de sangre en ella.
Y las noticias son todas negativas.
Y los programas son de antivalores.
Los presentadores te mienten a la cara.
Los políticos destrozan las razones.
Y te enseñan a que no existe el bien.
Y si existe, es algo pasajero.
El mal y el dolor han de vencer,
Porque quien manda es el cancerbero.
Y me da miedo el ver a la pantalla.
Pavor me da escuchar a “eruditos”.
Horror me produce “esa” belleza,
Que a juventudes convierte en diablitos.
¡Por Dios, ya no existe el pudor!
¡Ya no existe para nada lo sagrado!
Pues lo sagrado lo define el productor.
Y se lo embute al televidente, cual ganado.
Y el televidente ha perdido la razón.
Ya ni siquiera piensa en lo que mira.
Pues tal avalancha de información,
Lo convirtió en lisiado de por vida.
¡Qué asco que me da lo que sucede!
¡Gritar quisiera, pidiendo por ayuda!
¡Ayuda para salvar a este mundo!
¡Ayuda para acabar con la basura!
Y la basura es la educación,
Que recibe el espectador por la pantalla.
Y de generaciones yo oigo el clamor,
Que buscan desesperadas la enseñanza.
Pero no veo una solución…
Tampoco veo una mano que se extienda.
Y que ayude de todo corazón,
A enmendar lo que la TV fomenta.
Lunes, enero 29 de 2018