En las lecciones del amor y las lecciones de la vida,
Se va gastando la pasión y se agota la energía.
No queda más que el día a día, que mata más de un amor,
Y deja a un lado la alegría que es carcomida por botor.
¡Oh, el amor! Pasión de locos, pasión que mata la razón.
El despertar es doloroso, una resaca con dolor.
Pero pensar en ese estado, cuando el corazón va a estallar,
Nos lleva de nuevo al pecado, y de nuevo a amar.
¡Amar, amar, seguir amando! Y nunca quiero yo parar.
Experimentar hasta el fondo y de nuevo comenzar.
No hay un fin a esa locura, no hay un fin a esa pasión.
Amar es todo en el humano, sin amar: no hay razón.
Pues el amar es la locura que nos lleva a extremos.
Nos obliga a cambiar y nos obliga a crear reinos.
Nos lleva más allá de todo, supera toda expectativa,
Y endereza el rumbo al barco que ha estado a la deriva.
No hay montaña, mar ni clima que se interponga en el amor.
Aquel que ama seca mares, tumba montañas con pasión.
No hay prisión, ni hay sistema que amarre al que ama,
Pues este ser no ve las rejas, cualquier sistema él desarma.
¡Oh, el amor! Pasión de locos, pasión que mata la razón.
Y es también el responsable de lo que hay en la Creación.
¡Oh, el amor! Pasión de locos… Pero, como dice el dicho:
Los locos son los pilares: al mundo sostienen por capricho.
Sin ellos, locos, el amor, sería sólo un sentimiento,
Que no ardería con pasión, que no abrasaría el viento.
El mundo entero no sabría lo que es la esperanza,
Pues sin los locos en el amor, ella no haría falta…
¡Oh, el amor! Pasión de locos… ¿Qué haríamos sin ti?
¿Cómo sería este mundo en su diario existir?
¿Cómo sería la mañana, el día, tarde sin amor?
¿Y cómo imaginar la noche sin los amantes al albor?
¡Oh, el amor! Pasión de locos, pasión que le deseo a todos.
Ven, golpea nuestras puertas, sacude todos nuestros nodos.
Sacude bases y cimientos, destruye el mundo gris y frío.
Y crea un mundo de color, un mundo en el que esté vivo.
Miércoles, enero 03 de 2018
