Se me desgarra el alma. No puedo contener las lágrimas ni las emociones al ver la infame foto del cadáver del niño sirio ahogado en las costas europeas. La rabia desborda mi ser. Pero esta rabia no está dirigida contra nadie en particular. Está dirigida contra todos nosotros. Nosotros somos los responsables de su muerte. La humanidad. Todos y cada uno de aquellos que no uso su voz y voto para detener a los que por intereses económicos destrozaron naciones enteras, cambiaron gobiernos, pusieron títeres en el poder y destruyeron culturas milenarias.

Tengo rabia al leer las declaraciones de los políticos occidentales, en las que derraman lágrimas de cocodrilo y se desgarran vestiduras.  ¿Dónde estaban ellos cuando el hogar de ese niño era destruido por una insaciable sed de poder económico? ¿Dónde estaban esos políticos cuando bombardeaban Afganistán, Irak, Libia? ¿Cuándo se fomentaban golpes de estado en Yemen e Irán? ¿Dónde estaban cuándo los cristianos eran asesinados por millares en Kenia y otros países? ¿Dónde estaban cuando las tribus africanas se destruían mutuamente por millones, azuzadas detrás de bambalinas por los interesados con hacerse con el control de los recursos naturales, surtiendo las armas a las tribus para hacerlo?

¿Qué estaban haciendo?

Aylan Kurdi - niño sirio ahogado¡Todos sabemos lo que estaban haciendo! Todos sabemos quiénes estaban detrás de esos actos innombrables. De las atrocidades cometidas. ¡Todos! Pero pocos pensaban en las consecuencias. Y ahora estas consecuencias comienzan a golpear en la puerta. Los refugiados, cuyas cifras alcanzan ya millones, van en una avalancha incontenible (e inconcebible  para el siglo XXI) hacia el corazón de Europa.

Pero más rabia me da el pueblo. Me dan rabia todos y cada uno que ahora se lleva las manos a la cabeza y suelta las mismas lágrimas de cocodrilo que los políticos. ¿Qué estaba haciendo Usted, cuando se destruían las civilizaciones con el beneplácito y participación de la ONU, la OTAN, Estados Unidos, Europa, Rusia, China y el resto del mal llamado “mundo civilizado”? Usted, que escribe cínicos mensajes de condolencias en Facebook o Twitter debajo de la foto del cadáver del niño sirio, es directo responsable de esa muerte. Su silencio o aprobación ante las actitudes de los políticos llevaron a que esto sucediera.

Y le tengo malas noticias: esto tan sólo es el principio. La avalancha humana de refugiados crecerá cada vez más. Y mucho me temo que fotos como la de este niño se volverán cotidianas y, llegado a un punto de hastío, serán ignoradas y por los medios de información y por Usted que lee estas líneas. Mientras tenga la barriga llena y se sienta seguro en donde esté, no le preocupará más… Y ese error le costará, precisamente, todo lo que tiene, valora y quiere en esta vida.

¿Quiere en realidad hacer algo? ¡Pues hágalo! La solución no es recibir refugiados. La solución es acabar con las guerras que destrozan los hogares de los refugiados. La solución es dejar de surtir en armas a los levantados en armas contra gobiernos que son “incómodos” para el “mundo civilizado”. En lugar de llevar tanques, armas, bombas y aviones hay que llevar comida, medicina, materiales de construcción y oportunidades de trabajo.

La solución no es levantar muros y hundir barcos viejos en las cosas de África y Arabia. La solución es sacar a las insaciables e irascibles fuerzas occidentales que se hacen con el control de los recursos naturales bajo la inmunda excusa de estar “trayendo democracia y libertad” a los países árabes, africanos y demás. Los refugiados son, precisamente, la consecuencia de la “democracia y libertad” que les han traído.

Pido a Dios que nos ilumine a todos y cada uno. Que nos de la fuerza y la voluntad de levantarnos y enfrentar a aquellos que destrozan el mundo y hacen que hermano se enfrente con hermano y que el hijo levante la mano contra el padre. Pido a Dios que esta imagen nos haga pensar, nos haga repasar nuestra vida y nuestro modo de vida. Ser capaces de discernir entre el bien y el mal y comprender, de una vez y por todas, que los malos no son los pueblos; los malos no son las religiones; los malos no son las naciones; los malos no son los colores de piel; los malos no son los que no tienen para comer. Los malos son aquellos que generan odios y te dicen a quién odiar y porqué odiarlo. Aquellos que te azuzan a hacerse matar, para que ellos se hagan un poco más ricos…

…Enciende una vela por las víctimas…
Y también por los victimarios…
Ellos no saben lo que hacen…

Septiembre 03 de 2015 

 

P.S. Y yo también me considero responsable.

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